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sábado, 20 de junio de 2015

JARRONES CON BOTELLAS RECICLADAS

Aquí vamos con un post de reciclaje, ¡que yo soy una chica muy ecológica!
El otro día entré en la despensa a coger una lata de atún para hacerle una tortilla al niño, (la típica tortilla de atún de cuando no sabes que darle de cenar a la criaturica) y allí las vi a las 3, junticas, tan azules, tan caducadas... Yo me hice la tonta, como los últimos cuatro años, y volví la cabeza, así como cuando sales a comprar yogures de urgencia, con la ropa de estar por casa, la pinza cogida en el pelo y te encuentras con alguien que no quieres que te vea así, pues igual.
Pero, conforme iba saliendo de la despensa, con la lata de atún en la mano, oía esas vocecillas, (las típicas vocecitas chillonas y apesadumbradas que tienen los botelines de tónica caducados), que me decían: “Mmmmm, mujé, ha er favó de saccarnos de aquí, que nos vemos en el cubo de la basura en la próxima limpieza que hagáis... Que mira que bonitas que somos, que tenemos flores y somos azulillas y pa argo má serviremos...”
Yo seguí andando despensa pa´lante con la lagrimilla saltada, (porque era verdaderamente una pena oirlas, vaya, lástima era poco para lo que yo tenía...) Pero me hice la fuerte, ya que tenía una tortilla de atún que cuajar.



¿Os acordáis cuando empezó la fiebre de los Gin-Tonics? Hace unos añitos ya, sí. Pues estas botellitas eran lo más, claro, no ibas a mezclar una tónica de toda la vida con esa súper ginebra tan sofisticada que te acababas de comprar... Pero resulta que en casa no nos gusta ni la ginebra, ni la tónica y por muy guays que quisimos ser, se caducaron, igual que se caduca el muesli esperando a que te vuelvas más sano y delgado, qué os voy a contar...
Esa noche tuve pesadillas con los botellines; fué horrible: unos explotaban debido a los años de gases acumulados. Otros se caían del estante queriendo escapar y se hacían añicos, claro. Una pena, una pena... Incluso uno cogía una cuerda que había con una ristra de chorizos picantes... Y se intentaba ahorcar!!! pero era botellín y torpe y sólo acabó con una bufanda de Cantimpalo. Y ahí me desperté yo, sobresaltada por el mal rato de ver tanto sufrimiento, pero con un nuevo proyecto: les ataría un cordón de algodón al cuello, lo empaparía en alcohol, les prendería fuego, los sumergiría en agua helada y... (No, mi intención no era torturarlos). HARÍA JARRONES CON ELLOS!!!!!!!





Y resultó esta monada:


Quedan bonitos sin ningún adorno, pero justo en el centro va grabada la marca comercial y la he tapado con esta puntilla.
Yo esto lo había visto hacer en programas de entretenimiento y tutoriales varios y parecía fácil, pero no, no nos engañemos, esto es complicado si quieres que te salgan los bordes rectos.

Como se trataba de reciclar y tenía un montón de recortes de lacitos y telas forré dos de ellos, los que no me parecían tan perfectos y han quedado así:



Mi conciencia está tranquila. Ya no oigo voces.